Quien tiene un propósito suele colocar sus ojos en lo que puede conseguir, no en lo que tiene que pasar para atraparlo. Christian Montes de Oca es un ejemplo vivo de que la perseverancia, disciplina y la paciencia son el trípode que se necesita para alcanzar el éxito.
«Firmé a los 22 años. Fueron muchas circunstancias. De todo un poco; hasta al final de no tener a nadie, que nadie crea en ti, ni tener manager, tampoco coach, pero Dios siempre tuvo su plan conmigo», expresó el pitcher derecho, al recordar su etapa buscando estampar su firma en un contrato profesional.
Desde ahí o bueno, desde antes, inicia la trayectoria de un joven que anteriormente se paseaba por terrenos de muy mala calidad y que hoy en día camina por los pastos verdes de estadios profesionales.
Las Carpas de Hiroshima casi acaban con el dilema de Montes de Oca, pero no pudo ser posible debido a la problemática que dejó la pandemia Covid-19 en 2020. Luego el camino fue lanzar en ligas campesinas, mismas que lo terminaron arrojando al béisbol AA del Distrito Nacional con la Universidad Apec.
«Primero Dios y después yo», escuchó Christian luego de lanzar un juego sin hits ni carreras con Unapec frente al equipo Los Villanos en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. La oración fue emitida por el dirigente Ramón Papiro Genao, el entrenador que le propinó el empuje final hacia el profesionalismo a el «oso».
«Yo te voy a ayudar, cree en mí y sigue trabajando duro, me dijo él (papiro). Al fin y al cabo, él me ayudó y me pudo firmar y así pude lograr mi sueño», agregó el relevista.
La llegada al béisbol profesional
Ramón Genao cumplió su promesa, las pruebas o try-outs iniciaron constantemente para el pitcher que buscaba tocar la gloria. El momento llegó y Christian con una sonrisa enérgica relató la historia.
«Yo fui a Arizona un sábado y tiré, me fue bien. Después fui un lunes a Boston, tiré y me fue bien. Ese (Boston Red Sox) era mi equipo favorito para yo firmar», comentó.
«Le escribí a papiro, dígame ¿qué le dijeron la gente?, él me dijo, bueno mijo esa gente (Boston) te están pidiendo 97-98 millas tú con 22 años. Yo le dije, pero yo nunca he visto eso, yo solo he tirado 94-95 ¿Cómo voy a tirar eso?, él me respondió, sigue haciendo tu trabajo, tranquilo», agregó Montes de Oca entre risas.
Parece que la vida cumplió su vieja idea de que lo más cerca a veces es lo más lejos y lo más lejos ciertas veces es lo más cerca.
«El viernes de esa semana tenía que ir a Arizona, y un día antes Papiro me llama en la noche como a las 9, me dijo, ¿Qué estás haciendo? Yo le dije, aquí cenando para acostarme, porque mañana tenemos try-out, me respondió, felicidades… te firmé con Arizona», acotó con una sonrisa diferente, recordando aquel momento tan icónico en su vida.
El 14 de diciembre de 2021 una etapa se cerró y otra comenzó. Las contrariedades y los impedimentos quedaron atrás, Montes de Oca consiguió las llaves y abrió las puertas del béisbol profesional.
El «oso» nunca se detiene
¿El próximo paso? Las grandes ligas. Él lo sabe, por eso relató que se siente agradecido con Dios por todo el proceso vivido y que ahora se encuentra a una llamada de llegar al «big show». En apenas tres años como profesional alterna la AA y AAA de la organización de Arizona Diamondbacks.
En República Dominicana fue seleccionado en la lotería del draft del 2022 con el pick 36 en la ronda 6 por los Gigantes del Cibao, equipo dónde actualmente juega y con el que disputa su segunda temporada.
Su primer ponche en el béisbol invernal ocurrió frente a las Águilas Cibaeñas, nada más y nada menos que frente a Yoenis Céspedes.