Castillo. En una sorpresiva y conmovedora visita a su hogar, Marcela Antonia Rosario, una reconocida maestra que brindó sus servicios por 30 años en el centro educativo Olegario Tenares, fue honrada por una comisión de ex- compañeros de trabajo que decidieron mostrar su aprecio y admiración por la labor realizada durante todos esos años.
El encuentro, que coincidió con el día de su cumpleaños, estuvo repleto de emociones y sentimientos de gratitud. Los ex -colegas, que se habían organizado previamente, se presentaron en su domicilio con una placa conmemorativa y un obsequio, gestos que simbolizaban el respeto y cariño que sienten por Marcela.
«Marcela no fue solo una maestra, fue una amiga, una consejera y un pilar para todos nosotros durante los años que compartimos en el centro», comentó uno de los ex- compañeros presentes.
Marcela, claramente emocionada por el inesperado gesto, compartió sus sentimientos: «Estoy sin palabras. Saber que marqué una diferencia en sus vidas y que han venido a mi hogar para agradecerme, es el mejor regalo que podría haber recibido. Siempre les llevaré en mi corazón».
Los ex-compañeros relataron anécdotas, compartieron risas y recordaron momentos especiales vividos en el centro educativo Olegario Tenares. «Cada día, cada año, Marcela nos demostraba su pasión por la enseñanza y su compromiso con cada uno de nosotros. Hoy estamos aquí para agradecerle y felicitarla», añadió otro miembro de la comisión.
Esta reunión no solo destacó la dedicación y entrega de Marcela al mundo educativo, sino que también resaltó la importancia de mantener vivos los lazos y recuerdos con aquellos que han dejado una huella imborrable en nuestras vidas.
Con un cálido abrazo y deseos de felicidad para Marcela en su día especial, la comisión de ex -compañeros culminó su visita, dejando en el corazón de la maestra un recuerdo que, seguramente, perdurará por siempre.